En este día la comunidad estaría preparada para disfrutar de uno de los eventos más esperados del año en el municipio. Nuevas oportunidades vendrán.
Si hay un día que guamalero que se respete espera con ansias en diciembre es el 30, fecha en que sagradamente la cumbia se apodera de las cercanías de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, y bajo el son del millo decenas y decenas de personas bailan alrededor de una mata de plátano.
La ‘Cumbia del 30’, ‘Cumbia del Reencuentro’ o ‘Cumbia de las Guerra’, se ha convertido a lo largo de los años en un evento al que sin falta acuden los habitantes de Guamal, en especial aquellos que por motivos laborales o de estudio permanecen por fuera del municipio.
El ‘guapirreo’, las velas, las sonrisas, la familia y los amigos, y expresiones como ‘púyala que va chueca’ o ‘aprieta, aprieta’, son elementos claves de esta celebración guamalera, que se extiende por lo general hasta el amanecer del 31.
Abrazos van y vienen; caras conocidas se encuentran luego de meses e, incluso, luego de muchos años, lo cual hace que se desborde el sentimiento de felicidad; las familias acuden unidas, y arman sus rondas para disfrutar juntos; y hasta amores nacen en medio de una Cumbia del 30.
A algunos los vence el sueño, a otros el trago; en cambio, unos tantos, permanecen ‘en la raya’ y se van de largo, como se diría popularmente: ¡hasta que el cuerpo aguante!
La mujer, con su coquetería, belleza y contoneo de caderas, adorna la ronda; mientras que el hombre, de forma elegante, baila con su pareja. Esta imagen, sin duda, permanece siempre en la mente de propios o foráneos que presencian el espectáculo.
Guamal (como sucede en todas las partes del mundo) ha sido blanco de la pandemia de la covid-19. Por ende, un evento masivo como la Cumbia no se podrá realizar en este 2020.
La tristeza se percibe en el ambiente guamalero; es un sentimiento compartido con aquellos que ni siquiera pueden pasar este fin de año en su tierra natal.
No obstante, esta fecha debe convertirse en una oportunidad de disfrutar desde casa, en familia; bien sea en Guamal o fuera del municipio.
Hay vida, hay salud; así que otras cumbias vendrán; nuevas oportunidades llegarán para disfrutar bailando, mientras se dan vueltas a la mata de plátano.
Por lo pronto, toca llevar el espíritu cumbiambero alegre, para que este 30 la tradición se manifieste en la felicidad de permanecer aquí, ahora, en este mundo, pese a tantas y tantas dificultades que ha traído el 2020.
¡Que viva la Cumbia del 30, y que nunca muera la tradición de la Tierra Colorá!
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