El Comisario de Familia le contó a este medio digital que a la occisa le habían propuesto que se mudara, pero no habría accedido y posteriormente ocurrió la tragedia.
La comunidad de Guamal, Magdalena, sigue conmocionada por el trágico hecho de asesinato y suicidio que ocurrió el pasado domingo, en la calle ocho, en cercanías al Polideportivo municipal, donde un hombre le quitó la vida a su excompañera sentimental y luego acabó con la suya.
El lamentable desenlace fue para Viviana Narváez Rodríguez, quien dejó tres hijos pequeños, mientras que el hombre respondía al nombre de Erick Ospino Martínez, conocido como ‘Bola e’ pelo’.
Según informaron las autoridades, la mujer no tuvo hijos con su victimario, pero sí dejó menores de edad que tuvo en una relación pasada.
Sobre este triste hecho, el Diario del Sur quiso indagar acerca de las rutas de atención y apoyo a las mujeres en Guamal y saber si hay un verdadero acompañamiento para evitar que este tipo de situaciones se repitan en el municipio, y si las familias de los fallecidos recibirán apoyo psicosocial.
Por ello, este medio digital se comunicó con el comisario de Familia del municipio, Omar Arrieta, quien indicó que la mujer había puesto en conocimiento de las autoridades las situaciones de violencia de las cuales era víctima en su hogar.
“La pareja de ella tenía una medida domiciliaria, por eso, nosotros articulamos con Policía Nacional, ella tenía una medida de protección, porque puso en conocimiento las amenazas. Yo llamé personalmente a una funcionaria de la Defensoría del Pueblo en Santa Marta para que solicitáramos a través de ellos una medida más contundente contra el señor, por el peligro que representaba para ella y su familia”, dijo el Comisario de Familia de Guamal.
Omar Arrieta reveló también que infortunadamente la medida contra Erick Ospino Martínez no se pudo conseguir de manera rápida y eficaz, pues la Fiscalía estaba siguiendo el proceso, pero se demoraron en hacer efectiva la misma, y el resultado de eso fue el feminicidio de Viviana.
El funcionario señaló que la Policía Nacional ya tenía conocimiento de la medida de protección dictada por la Comisaría de Familia. “Yo le propuse a ella que se mudara, le pregunté si se quería albergar en otro lugar, pero dijo que se iba a ir para donde su madre, pero finalmente creo que no lo hizo, ella ya tenía la medida de protección”, expuso Omar Arrieta.
¿Se le está brindando apoyo a las mujeres de Guamal para evitar que sea víctimas de violencia?
Sobre este tema tan preocupante, que es el maltrato y violencia dentro de los hogares, donde las víctimas, en su mayoría son las mujeres, que son golpeadas e incluso asesinadas a manos de sus propias parejas, se consultó sobre la ruta de atención que hay para evitar que estas situaciones lamentables ocurran en Guamal.
Sobre esto, el comisario de Familia, Omar Arrieta, dijo que desde hace tres años vienen haciendo campañas periódicas sobre la ruta de atención a las mujeres del municipio.
En el caso específico de Viviana, Arrieta señaló que están esperando un tiempo prudente para que las familias de los afectados hagan sus duelos, y posteriormente brindarles acompañamiento psicosocial.
El funcionario además manifestó que la Comisaría de Familia realiza desde febrero de este año visitas casa a casa, todos los lunes y viernes de cada semana, a los barrios donde identifican población vulnerable para evitar la violencia, abuso y maltrato intrafamiliar.
Aunque la Comisaría de Familia viene haciendo campañas de prevención, atención y apoyo, en coordinación con la Policía, es necesario el respaldo oportuno de la Fiscalía, para que cuando sea necesario se dicten medidas drásticas para evitar que un caso como el de Viviana se repita no solo en Guamal sino en todo el Magdalena y el país.
Finalmente, es preciso mencionar que El Diario del Sur a la hora de indagar sobre este tema se comunicó con la secretaria de Desarrollo Social de Guamal, Luz Raquel Martínez, quien aseguró que desconocía por completo el trágico hecho que ocurrió en el municipio el fin de semana, y tampoco respondió al ser cuestionada sobre las rutas de atención en una trágica situación como la ocurrida.
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